El plan B

Aunque la líder estatal del Partido Acción Nacional (PAN) en Puebla, Genoveva Huerta, ha cantado victoria y destapado las champañas, por su posible reelección, hay quienes dicen que del plato a la boca, a veces se cae la sopa.

En la semana el Comité Ejecutivo Nacional del PAN aprobó, por unanimidad, integrar la paridad horizontal y vertical de género en la renovación de las dirigencias de los Comités Directivos Estatales.

Con ello, en la renovación de la dirigencia de Puebla, va una mujer.

De ese modo se mataron las aspiraciones de Humberto Aguilar “El Tigre”, quien de todos modos no tenía muchas posibilidades de llegar a la presidencia panista.

Pero también de Marcos Castro, personaje de todas las confianzas del presidente municipal electo, Eduardo Rivera Pérez, quien si tenía posibilidades.

Marcos Castro, iba a llegar por ser clave esa posición para aspiraciones futuras del alcalde electo, de las que todos saben.

Cuando todo parecía perdido, luego de la determinación panista a nivel nacional, se abrió una rendija para dicho grupo.

Y es que el albiazul también aprobó que en todos los casos Presidencia y Secretaría recaiga en género distinto.

Así surgió el plan B y quitar a Genoveva Huerta, de quien se sabe, desde ahí jugará las contras a Eduardo.

Ahora, este nuevo camino, es encontrar a una mujer que tenga todos los adeptos y que ayude a consolidar el proyecto, pero sobre todo apabulle a Genoveva.

Y ya la tienen.

Tiempo al tiempo.

 

La irresponsabilidad

Grave o riesgosa situación se registró en el ayuntamiento de Puebla, luego de que diera positivo a covid-19, la coordinadora administrativa de la Sala de Regidores Araceli Caselín Espinoza.

Lo malo es que a sabiendas de que era portadora del coronavirus SARS-CoV-2, asistió no sólo a trabajar de manera normal, sino hasta acudió a una reunión de enlaces administrativos del ayuntamiento.

Se dice que en la comuna se han disparado el número de trabajadores contagiados, pero como la mayoría se hace pruebas de detección de manera personal y no en los que ofrecen en las oficinas, no salen en los números oficiales.

Lo cierto es que ya no hay restricciones, ni home office, las oficinas del ayuntamiento se han vuelto a llenar, con la creencia que un cubre-boca evitará contagios.

Por eso los números se han disparado.