Indagando, Ando 

En política ¿chismes de lavadero o campañas negras? 

Mtro. Gerardo Galicia Vélez 

No oficialmente ha iniciado el proceso electoral 2021 donde se va a elegir de todo: gobernadores,  diputados federales, diputados locales y hasta presidentes municipales; la contienda entre miembros de los partidos políticos y contra los demás partidos políticos se ponen cada vez más calientes en medios de comunicación y redes sociales  manejando cada una de las estrategias para lograr el objetivo de llegar a ser primero candidatos y posteriormente el tan ansiado puesto de elección popular.

Una de las estrategias cada vez más recurrente que en ocasiones tiene un orden y muchas veces de manera empírica son las campañas negras o alternativas que utilizan todo tipo de artimañas para desprestigiar a los contrincantes basadas en la difamación o simplemente dar a conocer los pasados obscuros de los actores políticos o alguna circunstancia que pueda transgredir la reputación de la persona e institución donde estén involucradas. Las campañas alternativas podrían ser negativas y sucias, resaltando aspectos que desprestigian, involucrando ofensas, calumnias y desinformación que se han empleado como un arma útil de comunicación, lo dice Fernando Dworak en su artículo: “A favor de las campañas negativas. Un alegato para México”, son una herramienta importante para asaltar al oponente y atraer la atención de los medios. Es decir, la negatividad y el conflicto son capitales que alimentan la espectacularización y ayudan a concitar el interés de la opinión pública, toda vez que generan valor a la noticia”.

Anteriormente las campañas alternativas solo se llevaban a cabo en época electoral, ahora están presentes en todo momento, porque la estrategia para bajar positivos al oponente  debe ser desde antes para poder construir las imágenes negativas en la mente de los ciudadanos o de los votantes porque realmente sí influyen considerablemente en la decisión electoral. Así queda demostrado después de realizar una pregunta en un estudio que realizamos hace algún tiempo en la empresa INDAGA-IMMOP cuando cuestionamos: ¿Una campaña negativa de algún candidato o partido influye en tu decisión para poder votar por este instituto o persona?. Estos fueron los resultados.

Como vemos en los resultados el mayor porcentaje se encuentra en la parte de influencia con 30 porciento que Influye y 21.7 para la parte de Totalmente Influye, lo que cuantitativamente quiere decir que este tipo de campañas van directamente con la decisión política, faltaría ver las causas de las mismas en estudios cualitativos.

A de manera práctica citaremos dos ejemplos de campañas alternativas: en días recientes en medios de comunicación se dieron a conocer acontecimientos que iban directamente contra el prestigio de diferentes grupos políticos por una parte la entrega de dinero a legisladores miembros del Partido Acción Nacional en años pasados para la aprobación  de la reforma energética donde estaba involucrado el ahora gobernador de Querétaro Francisco Domínguez; y el otro fue en esa misma semana cuando el ex colaborador del gobierno de Chiapas David León entrega dinero al hermano del presidente Pio López Obrador, presuntamente para la campaña presidencial del ahora jefe del ejecutivo.

Desde nuestro punto de vista estas estrategias de grupos políticos antagónicos  no van influir directamente en la mente de la gente, primeramente por haber sido dos acontecimientos similares muy pegados  y no alcanzó el tiempo para desarrollarlo en medios y por otra el discurso de corrupción, tráfico de influencias y enriquecimiento de políticos ya son temas que relacionan a un político, por lo tanto el grado de influencia ya no es amplio. A niveles estatal y municipal también se dan este tipo de campañas que impulsan el desprestigio hacia los oponentes, muchas veces con páginas en redes sociales sin impacto y sin una planeación efectiva.

Lo que si podemos decir es que las campañas alternativas son de gran utilidad para los políticos y sus asesores de comunicación porque generan influencia en los ciudadanos, el impacto dependerá de los medios, la información y del tiempo, porque si no se da estratégicamente no pasara de ser un chisme de lavadero.