Al Arrendar, Cantar y al Pagar, Llorar 

 “Sospechosismo” 118-C 

Por Octavio RODRÍGUEZ FIGUEROA 

CHOLULA.- Por más que uno quiera olvidarse de la pandemia, no se puede. Se nota exceso de confianza entre la ciudadanía y ya muchas personas prescinden del cubre bocas, en los comercios toman muy a la ligera la desinfección de manos, la distancia sana se está acortando y es quizá por el aburrimiento de vivir en lo antinatural, por lo que esto se está dando.

Hemos ganado un gran trecho a este mal y deberíamos conservarlo para no tener que empezar. Es duro sí, pero sería doblemente duro, volver al punto de partida. La cercanía de una vacuna, quizá sea un factor de confianza, pero no sabemos si a un contagiado, se le puede aplicar o no. LO MEJOR SERÍA REFORZAR LAS MEDIDAS RECOMENDADAS POR LOS ENCARGADOS DE LA SALUD, QUE HASTA AHORA HAN DADO MEJOR RESULTADO QUE EN OTROS PAISES, POR CADA 100 000 HABITANTES. Aunque los contrarios al gobierno, digan otra cosa, ahí están los datos y se pueden checar.

El más Tonto, es el más Necio 

Es increíble que a estas alturas, haya gente que dude del peligro de esta pandemia y hasta se mofe de los que sí la tomamos en serio. Si desde que se anunciaron las medidas que se deberían tomar, todos las hubiésemos acatado, tal vez todo México estuviera en semáforo verde. Pero por esas personas que se creen o creyeron parientes de superman, es que la situación se agravó, además de las situaciones fortuitas.

A quienes hemos perdido algún amigo, familiar consanguíneo, de afinidad, político o a un amigo, sí nos preocupa que a otros les pase lo mismo. Es triste que solo lleguen las cenizas en una urna, sin haber tenido la oportunidad siquiera, de despedirse de sus seres amados y viceversa. Sin los ritos propios de los mexicanos en los funerales y sin lágrimas de cuerpo presente, solo cenizas, que pueden ser extrañas. Tomemos conciencia y cuidémonos.