COMO EL TAMAL DE TIA CLETA, EN PROBADAS SE ACABÓ 

 “Sospechosismo” 142-C 

Por Octavio RODRÍGUEZ FIGUEROA 

CHOLULA.- Se está terminando el año. Para muchos malo y para otros, bueno. Depende de su óptica. Para los que logremos salirlo completo, como se dice coloquialmente, que “Carguemos los peregrinos” va a ser un año bueno, yo diría el mejor, por salir con vida de esta grave pandemia. Para muchos, será malo, por haber perdido a seres queridos, sin haber podido despedirse de este mundo, hacia la eternidad. Pero los que perdieron la vida, los que se fueron para siempre, para ellos, ya no es bueno ni malo, simplemente, fue.

Solo el recuerdo quedará en lo etéreo y en la memoria de sus amigos o familiares, mientras llega el olvido. Lo que sí podemos afirmar, es que ha sido un año muy triste, demasiado triste para todos; alejados unos de otros, enclaustrados, inactivos, todos perdimos un gajo del ya escaso tiempo, fuimos desvinculados de todo y se requerirá mucha fuerza de voluntad, para soportar lo que aún falta; no es sencillo pero estoy convencido que, salvo algunos “supermanes”, la mayoría lo logrará y es un deseo personal y afectuoso para todos.

La Estatura Humana, se Mide de la Cabeza al Cielo 

Y es que la mayoría de los mexicanos ya estamos tomando conciencia de cómo deben ser las cosas. Una muestra, de buen razonamiento, actitud, solidaridad y buen juicio, fue el 12 de diciembre, que pese a que la Guadalupana es uno de los símbolos más venerados en México, la gente captó el peligro que significaba acudir a la Villa y se abstuvo de hacerlo. Y así lo ha hecho en fiestas patronales y reuniones tradicionales de pueblos y ciudades.

Como en todo, no deja de haber sus bemoles y hay quien trata de manejar a las personas aduciendo que es más importante el culto y las tradiciones, que cuidar su salud y ¡SU VIDA! Pero sin contar que viviendo, se adoran y veneran más tiempo a las imágenes. ¡VIVA LA VIDA!