Cría cuervos 

Por Alejandro MARIO FONSECA 

CHOLULA.- “Cría cuervos y te sacarán los ojos” es un refrán español que se refiere a la ingratitud de las personas.

El refrán “cría cuervos y te sacarán los ojos” hace alusión a la característica carroñera del cuervo, o sea, que se alimenta de animales muertos. El cuervo es personificado para referirse a personas que no retribuyen los favores, además de hacer mal a quienes los ayudaron.

La gratitud es un valor y una virtud que se demuestra con amor, respeto y cariño hacia aquellos que lo favorecieron y ayudaron.

“Cría cuervos y te sacarán los ojos” también es un consejo para practicar el bien enfocándose también en la naturaleza de las personas para no sufrir con sus ingratitudes.

Existen también varias fábulas que enseñan a actuar teniendo en cuenta la naturaleza de la otra persona para no sufrir injusticias como, por ejemplo, la fábula del zorro y el pájaro donde el pájaro inocentemente ayuda al zorro sin darse cuenta que era una trampa para que el zorro pudiese comerse al pájaro.

Debido a que la expresión popular “cría cuervos y te sacarán los ojos” se utiliza en varios aspectos como, por ejemplo, para referirse a la educación de los hijos y su gratitud cuando sean mayores, y también para ser precavido con las personas a las cuales haces favores o ayudas, la traducción en inglés para la primera acepción sería: you get the children you deserve y para la segunda sería: you reap what you sow. (Cfr. significados.com).

  1. J. Espinosa

Hace ya cinco años, cuándo recién empecé a escribir en El Quetzal y en Vivir en Tlatelolco, le dediqué algunas columnas al alcalde de San Pedro Cholula, J. J. Espinosa. Y con relación a su primer informe de gobierno, a principios de 2016, dije que su gobierno aunque relativamente exitoso había sido accidentado, conflictivo.

Buscando argumentos para entenderlo, decía que probablemente  estaba muy mal asesorado, o de plano que a sus asesores los tenía de adorno; y que era una lástima porque debían costar mucho dinero.

Además enfaticé que no era que el informe de J. J. Espinosa no me hubiese gustado; al contrario, me había pareció un buen informe aunque hubo algunos detalles que tenía que aclarar.

Lo primero que dije fue  que el trabajo del alcalde en lo que iba de su mandato era evidente; que aun cuando sus cifras pudiesen estar maquilladas, Cholula había cambiado, que era innegable.

Sobre todo en vialidad, obras por todas partes. Y con relación a esto el programa vial “vamos uno y uno” era lo más destacable, aunque no le daba créditos a Octavio Rodríguez, quien fue el que lo había propuesto desde su columna en El Quetzal.

En segundo lugar destaqué la inversión en cultura, educación y deportes. Decía yo: muy bien, vamos bien. Ya veremos si estas inversiones dan frutos, si se les da seguimiento y se saben aprovechar por el bien de todos los cholultecas.

En cuanto a los servicios de agua, limpia y seguridad, expresé mis dudas, decía yo: No creo que el agua baje de precio, al contrario, se va a encarecer, el anuncio (bueno más bien se trataba de un buen deseo) es demagógico; y era ni es que no es un problema de Cholula, sino de todo México.  

Narcisista y conflictivo 

Abundaba: En el servicio de limpia algo anda muy mal; sé que se trata de una concesión, hay que revisarla, la empresa que se encarga de este servicio lo está haciendo mal. Y en lo que toca a la seguridad, pues de plano  mis vecinos y yo estamos ciegos pues nunca hemos visto al famoso “policía de barrio”. Hoy sigue igual.

El tema más delicado de aquel informe fue el del auto guayabazo de honestidad, transparencia y disciplina. Yo decía que ojalá y de verás la corrupción, la ineficiencia y la discrecionalidad en la aplicación de  leyes y reglamentos, quedaran definitivamente en el pasado.

Lo último que dije en aquel entonces, fue que no me gustaba nada la campaña publicitaria post informe: demasiado gasto innecesario, demasiado narcisismo, parecía que el alcalde estaba en campaña por la presidencia.

Concluía: ¿Qué le pasa? Qué acaso no cuenta con asesores, acaso no sabe que demasiada exposición de imagen es contraproducente; y le advertía: le podía pasar lo que a Narciso el de la mitología griega, que absorto en su imagen terminaría convirtiéndose en una flor hermosa y maloliente. Hoy, al parecer, eso ya pasó.

Tiempo después critiqué su reiterada actitud conflictiva. Resultaba muy sintomático que lo primero que hizo al llegar al poder, fue pintar todo, los señalamientos viales, los postes, las patrullas policiacas, los edificios, etcétera,  del color de su partido. Como si quisieran imponerle a la ciudadanía subliminalmente una preferencia partidaria.

Pero todavía había más, porque J. J. Espinosa seguía actuando como si siguiera siendo diputado y aprovechaba su investidura, como si gozara de fuero, para hacer política de confrontación con la ciudadanía, con los diferentes órdenes de gobierno; y hasta con instituciones diversas como  la Iglesia y hasta con municipios vecinos.

A todas luces se trataba de un gobierno municipal conflictivo, que en su afán de atraer los reflectores, caía en lo que parecía verdaderas farsas teatrales.

Conclusión 

El día de hoy J. J. Espinosa es diputado nuevamente en el Congreso local poblano y dejó como alcalde de San Pedro Cholula al Dr. Luis Alberto Arriaga, su amigo y principal colaborador, mismo que se destacó como un buen negociador: actuó desde gobernación municipal como una especie de “apaga fuegos”.

En otras palabras, Arriaga fue el encargado de limar asperezas entre los ciudadanos afectados por el carácter narcisista y conflictivo del alcalde Espinosa, es decir, se ganó a pulso la sucesión en el gobierno municipal.

La política es la actividad que persigue resolver conflictos, canalizar diferendos y conciliar posiciones disonantes. En una democracia, la política tiene la función adicional de sumar adeptos, convencer a la población y cultivar el favor del apoyo popular.

En otras palabras, la democracia exige no sólo la negociación entre intereses sino también el convencimiento de la sociedad y de cada uno de sus componentes. Y a Espinosa, mal agradecido, ya se le olvidó todo esto y hoy regresa a la política cholulteca atacando demoledoramente a alguien al que le debe gran parte de su relativo éxito como alcalde: cría cuervos y te sacarán los ojos. ¿Qué pasa?