Editorial

 

Por MARIO SALAMANCA RODRÍGUEZ 

Medio de la Palabra 

CHOLULA.- Así como la electricidad fluye a través de dos abres y produce luz, dios derrama su poder en nosotros a través de los canales, su espíritu y su palabra, y nos llena de luz, la palabra no es suficiente por si misma, tampoco lo es el espíritu, es la combinación que es lo que brilla a través de nosotros cuando te entregas a dios, tú encenderás mi lámpara; Jehová mi dios alumbrará mis tinieblas. Salmo 11 9-1 D. El espíritu santo opera mediante la palabra para transformar vidas y convertir e santos a los pecados. La exposición sobre el pecado y la salvación en términos generales no es suficiente dios nos llama a aplicar las verdades de su palabra a la realidad de las personas. Debemos demostrarles la necesidad que tienen hacerles saber que dios les ama par que dejen de huir de él, señalarles a Jesús como su salvador, la solución  que dios tiene en la biblia para todos los problemas personales. Hay que depender de la dirección divina para tratar acertadamente los problemas, todo pecador necesita un encuentro con el salvador, no basta con saber detalles acerca de él, hace falta conocerlo personalmente, no la simple aceptación de la verdad histórica respecto de la vida, muerte y resurrección de Jesús lo que salva, toda persona debe rendirse a Cristo viviente y reinante con el poder del espíritu santo de tal modo que los hombres puedan confiar en el otro como salvador personal y servirle como señor, la fe en la palabra es el secreto del poder que tenían los apóstoles esa fe en el poder del evangelio los impulsó a compartirlo con los demás, aun a costa de su propia vida a griegos y a no griegos, a sabios y a no sabios, soy deudos , porque me avergüenzo del evangelio, porque es poder de dios para salvación a todo aquel que cree,  al judío primeramente y también al griego. Romanos 11-14-16.

Aquellos que aceptan la promesa de dios, pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre nosotros el espíritu santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. Hechos 1-8. La promesa de Juan, la promesa de Jesús, el fuego del cielo que consumió los sacrificios en la dedicación del tabernáculo descendió ahora sobre cada uno de los creyentes, y salió fuego de delante de Jehová, y consumó el holocausto con las grosuras sobre el altar, y viéndolo todo el pueblo, alabaron, y se postraron sobre sus rostros. Levítico 9-24.

La columna de humo, fuego que alumbró y guió a Israel atreves del desierto y Jehová iba delante de ellos de día en una columna de nube para guiarlos por el camino, y de noche en una columna de fuego para alumbrarles, a fin de que anduviesen de día y de noche. Éxodo 13-21. Lo que ocurrió a los 120 en el día de Pentecostés, esperaban que el espíritu santo los convirtiera en testigos de Jesús, ¡así sucedió!  No tenían que depender de su propia educación, elocuencia o poder de persuasión, solo tenían que permitirle al espíritu santo que les diera lo que debían decir, él habló a través de ellos con poder con poder sobrenatural, quitó las barreras que impedían la comunicación, el atender llenos del espíritu santo, predicaban, enseñaban, oraban y testificaban con valor, fe, sabiduría y poder que no eran suyos.

A Pedro el temor le había hecho negar que conocía a Jesús, ¿Qué clase de testigo podía ser? Después de ser lleno del espíritu santo, predicó al mismo pueblo que había llevado a Jesús a la muerte, tenía mensaje de dios y el valor par entregarlo, como resultado más de 3,000 personas aceptaron Jesús como su salador en el día de Pentecostés, esto es  maravillarse. El espíritu santo opera a través de lo que decimos y lo que somos, no solamente se testifica, debemos ser testigo. “Dios nos Ama”.