El poder es cada vez más débil

* Se torna más transitorio, más limitado e impacta más el dinero en el ejercicio de gobierno

Por: Jorge GÓMEZ CARRANCO

CHOLULA.- México ha vivido un largo tiempo pendiente de su propio pasado, debíamos evitar que los autoritarismos regresaran, estuvimos construyendo nuestra fortaleza democrática para que el renacer generalizado de la democracia no se convirtiera, otra vez, en una breve esperanza de libertad.

Es parte de nuestra naturaleza trascender y evolucionar, al igual que lo hacen nuestros horizontes y por lo tanto los desafíos también cambian, ya no nos defendemos de los fantasmas del autoritarismo, ante el actuar del ejecutivo federal nos quedamos con los brazos cruzados y aplaudimos sus locuras, donde quedaron las nuevas estrategias, las nuevas políticas y por consiguiente donde quedan los debates y la libertad de expresión.

Ahora el dinero y su poder pueden desvirtuar la voluntad del pueblo mexicano, pueden alterar la competencia electoral, sobornar, dictar políticas públicas, tornar frágil a la democracia; dinero y política buena o mala combinación, el financiamiento de partidos, de campañas, de propaganda, son cuestiones unidas no al dinero como tal, sino, a los intereses que representa este, ejemplo la perdida de las condiciones igualitarias de competencia entre los candidatos, la distorsión de agenda política a partir de la cual se gestan las opciones electorales, la desigual, oportunidad de difusión de la imagen y el mensaje del candidato, ha llevado a que los medios de difusión jueguen un papel decisivo en la elección; las campañas tienden a vaciarse de contenidos programáticos, pues este remplaza la propuesta y el dinero otorga la capacidad para hacer propaganda; la propaganda reemplaza al debate y al programa, el dinero compra votos y favores, con ello aumenta el carácter clientelar de una elección, Y si lo vislumbramos como en un segundo plano y centramos el impacto del dinero en el ejercicio de gobierno hace que se vuelquen las decisiones del Estado hacia quienes tienen más recursos y capacidades para influir, la capacidad de lobby que logra, frecuentemente, llevar ciertas políticas a favorecer intereses de sectores económicos concentrados, también analizamos esta influencia sobre políticas públicas que genera por lo menos tres consecuencias que los políticos dejan de aplicar políticas necesarias para el interés general, se aleja la acción del gobierno de las expectativas del electorado que lo eligió, se genera una poderosa fuente de corrupción.

El mensaje, que intento trasmitir es el siguiente: Si las mayorías sociales no logran consolidarse como mayorías políticas, la democracia perderá empuje, credibilidad y legitimidad. En esas condiciones, los intereses minoritarios, pero poderosos, que minaron la confianza social en la democracia, distorsionando elecciones y políticas, tendrán abierto el camino para atacar un sistema que propone la igualdad de oportunidades y el bienestar de las sociedades.

Incomodar a los monopolios del poder son esenciales para la perdurabilidad de la confianza social en la democracia. La conquista de esos objetivos no será espontánea, la democracia no es una construcción idílica, requiera mujeres y hombres dispuestos a luchar en ese turbulento territorio donde se desenvuelven los intereses y las pasiones, las luchas reales, que son las luchas de poder.

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