Emergencia climática

 

Por Alejandro MARIO FONSECA 

CHOLULA.- Como todos los días, hoy por la mañana (9/08/21) escuché el resumen de Aristeguinoticias.com y me enteré del último informe de la ONU sobre el cambio climático. Luego ingresé a la página de la ONU Y profundicé en el tema:

El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático afirmó que las emisiones de gases de efecto invernadero resultadas de la actividad humana han aumentado la temperatura del planeta en un 1,1° C con respecto a los niveles preindustriales. 

Un histórico informe divulgado este lunes indica que los cambios infligidos por los humanos en la historia moderna no tienen precedentes y, en algunos casos no tienen vuelta atrás. 

En esta línea, los científicos estimaron que en los próximos 20 años el incremento de la temperatura global podría superar 1,5° C con referencia a los niveles preindustriales. Además, advirtieron que las olas de calor extremo, las sequías e inundaciones serían cada vez más frecuentes. 

En una nota de esperanza, los especialistas añadieron, no obstante que el mundo todavía puede evitar una catástrofe si actúa con celeridad y reduce sustancial y definitivamente las emisiones de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero. 

El informe Cambio Climático: las bases científicas, aprobado por los 195 gobiernos integrantes del Grupo de Expertos, es la primera de seis entregas que se publicarán entre 2021 y 2022. 

Usted puede leer más sobre la noticia, yo solamente agrego la opinión de Antonio Guterres, el Secretario General de la ONU:

Un código rojo para la humanidad 

“Las señales de alarma son escandalosas y las pruebas son irrefutables”, dijo Antonio Guterres, y subrayó que la única manera de evitar que se rebase el límite de calentamiento de 1,5° C acordado internacionalmente para fin de siglo, es redoblar con urgencia los esfuerzos y emprender acciones más ambiciosas para frenar el avance del fenómeno. 

Según Guterres, el camino a seguir es claro: “Las economías inclusivas y verdes, la prosperidad y un aire más limpio, junto con una mejor salud, son posibles para todos, si respondemos a esta crisis con solidaridad y valor”, puntualizó. 

Explicó que para empezar, los países del G20 deberían unirse a la coalición de emisiones de carbono cero y presentar planes creíbles y concretos de sus compromisos de frenar el cambio climático antes de la cumbre sobre el clima COP26 que tendrá lugar en Glasgow, Escocia, en noviembre próximo. 

Como en otras ocasiones, quiero insistir sobre el tema, ojalá que a más de uno del “caiga el veinte”. El gobierno mexicano de la 4 T sigue sin tomarse en serio los problemas globales y parece obsesionado con su plan petrolero: sin saberlo, cae en la mezquindad.

 Mezquino es un adjetivo que define la actitud de una persona ruin o hipócrita que comete acciones que pueden perjudicar a los demás sin hacerse responsable de sus actos.

Las personas mezquinas pueden ser muy creídas en situaciones concretas, por ejemplo, en el éxito. La mezquindad suele estar ligada al individualismo, al de los norteamericanos (no todos), aquellos que sólo piensan en hacer dinero y en su placer.

El planeta inhóspito 

Pero hay otro tipo de individualismo, el de los europeos, el que se basa en el auto perfeccionamiento y en la búsqueda del máximo desarrollo de las potencialidades del ser humano; es aquel que tiene sus raíces en la filosofía clásica alemana, en el proyecto de la Ilustración. Por eso es que hay que abrevar, en fuentes europeas.

Y la polémica científica y en general literaria sobre el tema, ya no es sobre los motivos del calentamiento global, sino sobre sus consecuencias: inundaciones, incendios, hambrunas, etcétera. Por ejemplo, ahí está el texto de David Wallace-Wells, El planeta inhóspito. La vida después del calentamiento, editado por Debate recientemente.

Usted lo puede encontrar en la librería Gandhi. Como dice Antonio Calvo, “se trata de un puñetazo por el clima, un puñetazo encima de la mesa, un puñetazo en la mitad de las consciencias”. Veamos una sinopsis:

Hoy, la subida del nivel del mar es una causa de alarma generalizada entre aquellos que ya han abandonado el sueño pernicioso de que el calentamiento global es un mito.  

Sin embargo, no es ni siquiera la punta del gigantesco iceberg de horrores inimaginables que amenazan la vida en la Tierra: incendios, huracanes, sequías, inundaciones…  

Todas estas inquietantes manifestaciones del cambio climático, ya recurrentes para millones de personas, son solo un adelanto de lo que está por llegar: hambrunas, plagas, un aire irrespirable, migraciones cada vez más masivas, el colapso económico e incluso conflictos armados globales. 

No volverá a haber normalidad 

Así, con una precisión y una lucidez que estremecen, David Wallace-Wells construye el relato caleidoscópico de las consecuencias que tendrá, tan solo dentro de una generación, nuestra impasibilidad ante la crisis ecológica. Incidiendo con crudeza en cómo hemos fracasado al imaginar y, ante todo, promulgar un mejor porvenir.

 El planeta inhóspito nos transporta a un futuro inminente y nos sirve la reflexión definitiva de cómo hemos devastado nuestro propio hogar; todo ello en clave de una ferviente y aún más apremiante llamada al cambio(Cfr. Me gusta leer).

Me enteré sobre el texto, hace un par de años, gracias a Babelia, el suplemento cultural de El País. La fotografía que acompaña el comentario es contundente, un bombero luchando contra el fuego en un área rural amazónica, en el norte de Brasil, a principios de septiembre del 2019. 

El planeta inhóspito reúne años de investigaciones climatológicas destinadas a eliminar tibiezas. No, no estamos ante un pequeño problema que se acabará resolviendo por sí mismo. No, ya no es posible que una desconocida y maravillosa tecnología resuelva la catástrofe en dos décadas. No, ya nada será igual. No volverá a haber normalidad. 

Por desgracia, aquí en México nuestros políticos no parecen darse cuenta de nada; y si se dan cuenta, son unos hipócritas ya que al parecer,  sólo sirven a sus propios intereses mezquinos.

Tampoco desde lo local  vemos que se haga nada serio. Aquí en Cholula, desde donde escribo, la presidencia municipal anodina de Luis Alberto Arriaga se resistió a salir de su área de confort y no llegó más que a regalar algunos calentadores solares y plantar algunos arbolitos en el cerro Zapotecas, para salir en la foto. Una verdadera burla en estos tiempos aciagos en los que el destino ya nos alcanzó