Inseguridad imparable

Por Aldo COSTILLA ROJAS

CHOLULA.- Es un tema que cada vez penetra más en los hogares de nuestro municipio y poco se sabe pues son historias que no se declaran a los medios ni se denuncian o que sí se denuncian pero nunca se conocen las cifras reales.

Cada vez son más los cholultecas que cuentan entre sus historias que han sido víctimas de robo en sus viviendas, asaltos en vía pública o robo parcial o total de vehículo.

Esta perspectiva más allá de las cifras y los datos duros, se trata de una cultura del crimen que arranca la tranquilidad de la sociedad y lamentablemente vuelve común la comisión de delito.

El problema trasciende colonias y localidades, ha llegado a cada rincón del municipio, afectando a pobres y ricos. El terror se inserta porque vivir en fraccionamientos o zonas cerradas no es garantía de seguridad y vivir en el centro y en zonas urbanas no aseguran protección. Ni hablar de habitar las zonas periféricas porque ahí se encuentra una situación de abandono total.

Los delincuentes tienen permiso de la autoridad para actuar, a través de un trato: la corrupción. La lectura que se le da a este problema es que la corrupción supera el hecho dar un moche, se tratan de acuerdos de alto nivel en los que la omisión tiene un precio. Es decir, no aceptar el problema o desestimarlo, con las consecuencias como la desatención y el abandono de las fuerzas del orden contribuyen a la dolorosa cultura de la inseguridad que se apodera de los habitantes.

Esta tesis se fortalece cuando se compara el número de delitos oficiales contra la cantidad de historias.

La esperanza cada vez se pierde más y es que las autoridades cambian y no se ve un cambio sustancial. Por ahora, hay una chance ante la llegada de la nueva administración en octubre. Con el tiempo y la ejecución de acciones de gobierno se pondrá a prueba la habilidad para desterrar el problema tan sentido que azota silenciosamente a la las familias que no figuran entre los datos pero que viven presas de la cultura de la inseguridad.