La Pasarela

De Gritos a Gritos

CHOLULA.- La noche del Grito de Independencia en Puebla, fue mucho más allá que la tradicional arenga de las autoridades.

Fue una noche de gritos, mensajes y despedidas.

La división entre el gobierno estatal y el feneciente ayuntamiento capitalino no pudo estar más marcado que con la realización de dos celebraciones.

Desde 1998 un presidente municipal no daba un grito en Palacio Municipal, ya que el protocolo marca darle el honor al gobernador en turno.

En aquel entonces Gabriel Hinojosa pudo arengar, luego de que el entonces mandatario estatal Manuel Bartlett Díaz, prefirió irse a festejar a Zacapoaxtla que estar junto del primer edil panista.

Ahora nuevamente 23 años después, cada quien en su fiesta.

Así fueron los últimos dos años de la presidenta municipal Claudia Rivera Vivanco, desde que llegó a la gubernatura Miguel Barbosa.

Porque pareciera increíble, la alcaldesa sí se llevaba bien con los panistas Luis Bank y Tony Gali, lo que hizo que hubiera ese rompimiento.

Las celebraciones respectivas dieron más que arengas, simplemente denotaron la realidad de cada bando.

Mientras Claudia Rivera, se desgañotaba con los vivas a la autonomía municipal, lo hacía sola.

En tanto, el gobernador Miguel Barbosa, estuvo arropado por toda la clase política poblana, sin faltar nadie.

Claudia, nada más estuvo acompañada por su equipo de trabajo, la mayoría de ellos en sus tres años en el poder, los que seguramente se le fueron como agua.

Llamó la atención también que en el zócalo de la ciudad, según algunas tomas oficiales, se veía más a empleados del ayuntamiento con uniforme, que a los ciudadanos de a pie.

Literalmente fue su despedida.

El próximo mes solo será un trámite para su salida, claro, en medio de permisos a ambulantes, parques sin podar y baches sin tapar.

 

La pachanga

En tanto, a un par de kilómetros, en la sede del gobierno estatal, Casa Aguayo, el ambiente era muy distinto, había fiesta, músculo y renovación.

Miguel Barbosa con su grito de “¡Que reviva Puebla!”, dijo todo.

Ahí se reunieron los personajes más importantes de la entidad que ostentarán el poder en los próximos tres años.

El reconocimiento al personal médico que se ha partido el lomo en la pandemia de covid-19, habló muy bien de lo que se proyecta en cuanto a la crisis sanitaria.

Durante el tradicional Grito, recibió el cobijo no solo del presidente del Tribunal Superior de Justicia, Héctor Sánchez Sánchez o del coordinador de Morena en el Congreso del Estado, Sergio Salomón Céspedes Peregrina, o del presidente municipal electo de Puebla, Eduardo Rivera Pérez y el exgobernador Guillermo Pacheco Pulido, sino también de los representantes de todas las bancadas de la naciente LXI Legislatura.

Con todos degustó desde chalupas, hasta agua de horchata.

Al parecer la concordia no acabará con los festejos patrios, sino que podría durar por mucho tiempo más.

Tiempo al tiempo.