La Tollan Cholollan es la ciudad sagrada de Cholula, es herencia y patrimonio cultural de todos los cholultecas

CHOLULA.- La ciudad sagrada de Cholula tiene una capital cultural no renovable, y como tal su destino está en manos de todos los Cholultecas, en sus barrios, comunidades y sus juntas auxiliares y todas las estructuras de gobierno en el actual ex-distrito Cholulteca conocido como el señorío Cholulteca en su extensión territorial de 712.02 Kms. estando a 2,162 mts. sobre el nivel del mar, con sus municipios San Andrés Calpan, Santa María Coronango, San Juan Cuautlancingo, Cuanala o Juan C Bonilla, Santa Clara Ocoyucan, San Andrés Cholula, San Gregorio Atzompa, San Jerónimo Tecuanipan, San Miguel Xoxtla, San Nicolás de los Ranchos, San Pedro Cholula, San Pedro Tlaltenango y Santa Isabel Cholula.

Como en toda herencia la Ciudad Sagrada de Cholula, la Ciudad viva de América podemos invertir ese capital Cultural adecuadamente y asegurar que se multiplique su valor cultural y que garantice a las siguientes generaciones un potencial de desarrollo económico que hoy brindan los elementos culturales, vistos a través de la arquitectura prehispánica y colonial, el entorno natural con sus volcanes, los más hermosos del mundo, la rica gastronomía, la música, las fiestas profano religiosas, la música, las artesanías, la siembra de las flores, las siembras de hortalizas y todos los árboles frutales .

La memoria y la identidad colectivas están en juego y es responsabilidad de los que habitamos en esta bella ciudad de Cholula, como los cronistas, promotores culturales, académicos, gobierno municipal, estatal y federal, grupos organizados y líderes culturales y políticos todos debemos de cuidar, asegurar, consolidar y proteger su supervivencia. El patrimonio cultural de Cholula no es un lujo de uso exclusivo de algunos sectores sociales, es parte de la realidad en la que nos movemos y convivimos diariamente, es nuestra herencia de vivencias y está estrechamente vinculado con nuestra identidad y nuestra manera de actuar, de vivir, y de reflejarnos cotidianamente.

El cronista como figura institucional, tiene una importancia transcendental toda vez que su función y actividad están reconocidas mediante la ley organiza correspondiente. El cronista recrea el oficio cuando registra el hecho o los sucesos de su entorno y a partir de ellos inicia una aportación a la historia de cada comunidad. Hacer tal registro, cualquiera que fuere su inclinación, es fundamental, más aun, cuando se hace para dar fe de la perdida de personas y orgullos que representen lo propio, como igual debe ser el registro de un anunciamiento o la glorificación de la victoria.

En las primeras crónicas de los evangelizadores que llegaron a esta Ciudad Sagrada de Cholula como las de Fray Toribio Paredes de Benavente, llamado Motolinía relata cómo se fue erigiendo la nueva ciudad de Cholula sobre las ruinas del templo de Quetzalcóatl.

Los cronistas de pueblo escudriñan en los archivos municipales, en las iglesias de su terruño y en los acervos nacionales en busca de referencias obre la vida y los personajes de su patria chica, las tradiciones, usos y costumbres, celebraciones y vida cotidiana son registradas por los cronistas locales, cuyo trabajo es una fuente invaluable para la historia local y regional de nuestra ciudad.

La principal fuente del cronista es la experiencia propia y los relatos de las generaciones anteriores, por ejemplo, las historias de los abuelitos del pueblo, de los todos mayores que han realizado cargos eclesiásticos y han servido al Santo Patrón de sus comunidades y que se considera un honor de llevar esta responsabilidad comunitaria, y al terminar el cargo se les llama con respeto; los principales y fiscales, mayordomos, porteros, mandones y topiles

Los cronistas atesoramos las imágenes de la Ciudad Sagrada de Cholula de la gran Tollan Cholollan Tlachihualtepetl, en las que sitios, edificios, monumentos y personas se fusionan para mostrar aquel tiempo, que describimos en los relatos.

Por ello, los cronistas tratamos de rescatar la crónica, lo que nos permitirá leer la historia en su diversidad de vivencias e interpretaciones, los cronistas somos el devenir de nuestra Ciudad debemos de ganar nuestro propio espacio para realizar el registro histórico de nuestra milenaria ciudad, rescatar documentos y archivos, integrar el memorial y acontecer del barrio, colonia, de la calle más importante de nuestra ciudad, de la región, y sobre todo de los personajes olvidados y de la historia de la ciudad viva de América de la gran Tollan Cholollan Tlachihualtepetl.

Todo esto se brinda cuando existe esa historia dispuesta a ser tomada de forma vivencial y al mismo tiempo sustentada, usando el apoyo documental, cuando es referenciada con el registro cotidiano para la historia de la Ciudad Sagrada, sea un acontecer que tenga vida propia, por ello como coronistas registramos los hechos y las vivencias para compartir la historia, o sea nuestra propia historia.

Las cronistas debemos saber contar las historias y escribirlas con el compromiso único y noble de no olvidar los hechos, la crónica contando y dando fe de esa memoria, donde se va describiendo e hilando la historia de la gran Tollan Cholollan Tlachihualtepetl de la Ciudad Viva América.

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