No te atrevas a desafiar a los dioses

Alejandro MARIO FONSECA

CHOLULA.- Tres minutos de arte ese hermoso portal de Internet publicó Las hilanderas o La fábula de Aracne (1655-1660) de Velázquez. En el que nos explica que el lienzo se refiere al mito de Aracne como una prueba contundente de que los dioses, en lo que se refiere a sus conductas, suelen ser más humanos que dioses.

Atenea (Minerva para los romanos) una de las figuras más poderosas del Olimpo, diosa de la guerra, la sabiduría y las artes, estalla de furia porque una joven dice que teje mejor que ella.

Esa joven es Aracne y es verdad que tiene un virtuosismo admirado por todo el pueblo. Virtuosismo que va de la mano de la vanidad y la arrogancia de proclamarse más talentosa que la diosa.

Atenea, disfrazada de anciana, va a visitar a la joven para sugerirle que se retracte y deje de ofenderla, ofreciéndole que la disculpará si le pide perdón de inmediato.

Aracne, como es de esperar, no se retracta, se burla de ella, y como si fuera poco comenta que si la diosa se considera más hábil que ella, deberían competir para dirimir la cuestión. Furiosa, la diosa se da a conocer y acepta competir con la mortal.

El tapiz de Atenea resulta soberbio y muestra a los dioses del Olimpo en toda su magnificencia. El de Aracne, no sólo es mejor, sino que muestra a los dioses en escenas de infidelidades, escenas ofensivas: en el cuadro de Velázquez observamos a Zeus, padre de Atenea, raptando a Europa disfrazado de toro.

La obra representa dos momentos del mito: al frente, la competencia de tejido (con Atenea como una anciana); y al fondo a Atenea con su casco de guerrera enojada con la joven, junto al tapiz que ofende a los dioses.

Humildad: una virtud humilde

Atenea se da cuenta de que ha sido derrotada. Pero como tiene el poder de una diosa, resuelve las cosas caprichosamente y convierte a Aracne en araña, para condenarla a tejer por toda la eternidad.

¿Qué le parece? Los dioses griegos son orgullosos, vanidosos y hasta soberbios. Hay una gran diferencia con nuestro Dios, el Maestro Jesús, para el cual si tuviéramos que definirlo con una sola palabra, esta sería humildad.

Sí, la humildad, la más humilde de las virtudes humanas, ¿por qué? porque si alguien se vanagloria de ella simplemente es que le falta. La fuerza de la humildad es tanta, que hace que todas las virtudes sean discretas: inadvertidas para sí mismas, casi negadas.

Traigo a colación el concepto de humildad, porque estoy interesado en la obra de Byung-Chul Han, un filósofo coreano experto en estudios culturales y profesor de la Universidad de las Artes de Berlín.

Han está considerado como uno de los filósofos más destacados del pensamiento contemporáneo por su crítica radical al capitalismo salvaje, la sociedad del trabajo, la tecnología y la híper transparencia.

En especial, me interesa de él su libro La agonía del Eros (que no he podido comprar porque las librerías están cerradas) en el que desarrolla el concepto de transparencia, dirigiendo también la atención a temas como las relaciones humanas, el deseo y el amor.

El individualismo rapaz

Han es radical nos presenta la imagen de una sociedad cada vez más dominada por el narcisismo y la auto referencia. Su diagnóstico se extiende incluso hasta lo que él denomina pérdida del deseo: la desaparición de la capacidad para dedicarse al otro, al extraño, al no-yo. Estamos hablando de una paradoja del hedonismo.

Giramos alrededor de nosotros mismos, nos restringimos en nuestra mismidad, incapaces de construir relaciones con los demás. Incluso el amor y la sexualidad se impregnan de este cambio: socialmente, el sexo, la pornografía y el exhibicionismo están desplazando al amor, al erotismo y al deseo en el ojo público.

La abundancia de positividad y auto referencia conducen a una pérdida de interacción. El pensamiento, según Han, se basa en la no oposición, en el deseo de algo que uno no entiende todavía. Se conecta en alto grado al Eros, por lo que La agonía del Eros es también una agonía del pensamiento. No todo debe ser comprendido y debe gustar, no todo debe estar disponible.

Con este resumen de la Wikipedia quedé más que motivado para leer sus libros. Mientras abren las librerías usted puede leer sus ensayos recientes en El País (en la red de Internet).

Lo que el filósofo coreano critica es el individualismo rapaz de la sociedad occidental, que nos está condenando una vida sin valores. Una vida de zombis en la que el individualismo a la gringa y el mal uso de las nuevas tecnologías de la comunicación, nos están llevando a la agonía no sólo del eros, sino también del humanismo.

Pero ¿qué hacer? A reserva de conseguir sus textos y leerlos con calma, por lo pronto buscando comprensión propongo que regresemos al concepto original de individualismo, el de los filósofos alemanes.

Humildad VS Mezquindad

En el fondo se trata de un problema de mezquindad, que suele estar ligada al individualismo, al de los norteamericanos, aquellos que sólo piensan en hacer dinero y en su placer.

Pero hay otro tipo de individualismo, el de los europeos, el que se basa en el auto perfeccionamiento, en la búsqueda del máximo desarrollo de las potencialidades del ser humano; es aquel que tiene sus raíces en la filosofía clásica alemana: en el proyecto de la Ilustración, que a su vez retoma las propuestas del Renacimiento.

Por eso es que no me resulta extraño que las grandes revoluciones industriales que han impactado el mundo hayan iniciado en Europa. Y también que la Revolución en ciernes, la de las energías limpias, engranada a la comunicación virtual de Internet esté ya siendo liderada también por Europa.

Pero no está siendo nada fácil, los intereses mezquinos del capital financiero internacional, en alianza con las empresas petroleras, armamentistas y depredadoras de todo tipo la están frenando. Por eso es que las protestas juveniles también están creciendo desde Europa hacia todo el planeta: no todo está perdido.

La alternativa al deprimente futuro de una sociedad de zombis mezquinos está en el regreso a las virtudes básicas del Humanismo. Sí, en el regreso a virtudes tales como humildad,  gratitud, sencillez y amor; en suma, el regreso a la austeridad generosa.

Mientras tanto amable lector, no se atreva usted a desafiar a los dioses, no salga de casa, cuídese, la pandemia todavía no amaina. Él corona virus se está comportando como los dioses griegos, se quiere imponer a toda costa sobre los seres humanos.