Origen de las Calaveritas Literarias

Por: Angélica De los Santos

"Somos mortales porque estamos hechos de tiempo y de historia. Pero hay salidas instantáneas a través de la cultura, que es un acto poético, que disuelve el tiempo, para escapar de la historia y de la muerte".

Octavio Paz.

CHOLULA.- Además de las calaveritas de azúcar, las flores de cempasúchil, el pan de muerto, y los hermosos altares, la celebración de Día de muertos, nos ofrecen otra importante y popular tradición: las calaveras literarias.

La calaverita literaria es una composición tradicional Mexicana, que se hace de forma picaresca y chusca mediante versos y rimas, en un tono pícaro o irónico sobre una persona, quien bien puede estar aun viva o sobre alguien que ya haya fallecido, también existen calaveritas que aluden a un suceso, personalizándolo y dándole una satirización similar a la que se utiliza con personas. En su mayoría, las calaveras suelen acompañarse de ilustraciones sobre el texto e imágenes que recuerden a la muerte.

Se cree que un religioso franciscano llamado Joaquín Bolaños fue quien escribió la primera calaverita literaria, por medio de la cual expresaba su apreciación de la muerte desde un punto de vista humorístico o burlesco. En México se conocen desde el siglo XIX, llamándoseles en un principio “Panteones” sin embargo, se tienen indicios de su origen y existencia desde la época colonial en el siglo XVIII, cuando los criollos descontentos escribían pasquines en forma de epitafio, dando a conocer su inconformidad con respecto a las autoridades.

Hay también quien señala que en el Virreinato era muy usual utilizar largos y ostentosos nombres y alabanzas para los epitafios de los nobles y poderosos de abolengo monárquico o aristocrático. Ante la proliferación de esta cursilería, los escritores mexicanos comenzaron a utilizar sus propias rimas satíricas a modo de burla de estas exageradas ponderaciones de las virtudes de los nobles, motivo por el cual fueron prohibidas por los gobiernos virreinales. No obstante, fue en 1849, en el México independiente, que el periódico “El Socialista” de Guadalajara, publicó por primera vez una calavera para que todos los lectores pudieran conocerla, fue así que esta tradición literaria se hizo presente hasta a nuestros días.

Compartimos con ustedes una calaverita dedicada a todos los lectores:

Estaba la muerte buscando

muchas víctimas para llevar

cuando entró en una biblioteca

y muchos lectores pudo encontrar.

“Aquí hay muchos prospectos

a quienes me puedo cargar”,

pero todos estaban circunspectos,

sólo de libros querían hablar.

“Vete a otro lado huesuda

mejor busca en otro lugar

ya que a nosotros sólo nos falta

un capítulo para terminar.”

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