“SOSPECHOSISMO” 243-C

Por Octavio RODRÍGUEZ FIGUEROA

Aunque Chille la Marrana, no le Aflojes al Mecate

Ya que estamos saliendo vivos de este año tan desastroso, es obligación moral, retomar la semi normalidad, con toda la responsabilidad que el mismo hecho merece. La oportunidad que nos da la vida, de existir un poco más, bueno sería emplearla en gran parte, para tratar de crear un ambiente de buena convivencia humana.

Esta pandemia que aún no termina, nos ha dado muchas lecciones, como para reflexionar sobre nosotros mismos. Una de ellas, es preguntarnos ¿Qué somos ante la inmensidad del tiempo y el universo? Prácticamente no somos nada. Por eso, tenemos la obligación humana, de voltear la mirada hacia otras personas que padecen  la adversidad en muchos sentidos, principalmente el hambre.

No esperemos que los gobiernos resuelvan todo lo que hay que resolver, porque con un grano de arena que pongamos todos en ese sentido, se ayudaría mucho a resolver esos males. Reflexionemos y actuemos. Acostumbrarnos a hacer un bien diariamente, por sencillo que sea y que no nos sea gravoso, mucho se ayudaría a la humanidad desamparada a hacer más llevadera su existencia.

Hay Quien no da, ni lo que Dios Ordena

De nada sirve decir que se profesa una religión o principios, si no se cristaliza en desprenderse un poco de lo superfluo. Lo dijo Díaz Mirón, el poeta veracruzano “Nadie tiene derecho a lo superfluo, mientras alguien carezca de lo estricto” Dirán algunos, que es comunismo, populismo, socialismo u otras tonterías, pero es algo humanitario que sustentan casi todas las religiones habidas en este mundo de desigualdad e injusticia. Que se nos haga un hábito realizar una buena acción diaria con nuestros semejantes, por modesta que sea y estamos seguros, que con el tiempo, esto se retornará con creces. ¡UN ABRAZO DE AÑO NUEVO!